La Fundación Caja de Burgos acoge en la Casa del Cordón la exposición 'Más que vanguardia. Arte portugués entre dos siglos'

La muestra, que permanecerá abierta hasta el 14 de agosto, traza una panorámica de la creación lusa más experimental en una época convulsa gracias a un centenar de obras de pintura, escultura, fotografía y cine cedidas por la Colección Moderna / Museo Calouste Gulbenkian de Lisboa

[19/05/2016]

Noticia La sala de exposiciones de la Casa del Cordón acoge desde hoy y hasta el próximo 14 de agosto la muestra Más que vanguardia. Arte portugués entre dos siglos, con casi un centenar de obras de pintura, escultura, fotografía y cine que permiten ofrecer una amplia panorámica del arte portugués desde el modernismo y el simbolismo, pasando por su acreditado movimiento cubista y surrealista, hasta la abstracción geométrica y el período de la Revolución de los Claveles.

A partir de uno de los más generosos préstamos realizados por la Colección Moderna / Museo Calouste Gulbenkian de Lisboa (una de las mayores y más prestigiosas entidades culturales de Europa y del mundo), se ha compuesto una exposición única, nunca antes realizada en España, que reúne a todos los grandes artistas portugueses, como António Carneiro, Almada Negreiros, Amadeo de Souza Cardoso, Maria Helena Vieira da Silva, Canto da Maya o António Dacosta.

Una de las particularidades de la exposición, comisariada por Javier Del Campo y que cuenta con el asesoramiento de Ana Vasconcelos, radica en la incorporación de disciplinas como la fotografía y el cine de vanguardia, tan influyentes en el arte de hoy, representadas por autores como Victor Palla, Fernando Lemos, Antonio Palolo, Helena Almeida o Ana Hatherly.

La norma que ha ligado la selección ha estado determinada por la relación tanto de autores como de obras con la modernidad, con la necesidad de alumbrar nuevos lenguajes artísticos, con el deseo de ruptura con formas e ideas que pretendían identificar un país y un arte con un ideal romántico que no respondía a la realidad. Son, por tanto, estos artistas junto a sus pares literarios, los verdaderos instigadores de la renovación del país, los que lucharon por transformar lo que se resistía a ser transformado, dando sentido así a los términos arte y cultura.

La Fundación Caja de Burgos quiere también contribuir, modestamente, a la difusión en nuestro país de unos creadores que, salvo con alguna excepción, no son suficientemente conocidos por el público español, mientras muchos de ellos comienzan a ser celebrados en los circuitos internacionales de arte del siglo XX y de la contemporaneidad.

Más que vanguardia. La importancia alcanzada por algunos de los artistas portugueses pertenecientes a los principales movimientos de vanguardia, no impide valorar en su justa medida la contribución de otros autores pioneros de la modernidad desde finales del siglo XIX, o la inestimable labor cultural, en condiciones personales, sociales y políticas verdaderamente difíciles, de muchos creadores que vivieron y trabajaron bajo el largo período de la dictadura durante gran parte del siglo XX. Por todo ello esta exposición ha querido recoger la enorme variedad y singularidad del arte portugués, su indudable calidad y su interrelación con el arte europeo.

Las obras y los artistas. Acercarse al arte portugués de los siglos XIX y XX ha necesitado de un gran esfuerzo de síntesis. Un panorama tan amplio, con tal cantidad de autores y sensibilidades, obligaba a definir un criterio que permitiera, por un lado, abrirse al mayor número de artistas y por otro no dejar de significar, en el caso de alguno de ellos, su relevancia al presentar varias obras pertenecientes a diferentes etapas creativas.

Tal es el caso de artistas como José de Almada Negreiros (1893-1970), el polifacético artista que tanto determinó la modernidad portuguesa, o de Amadeo de Souza Cardoso (1887-1918) el inclasificable precursor de la vanguardia, tan ligado a París y a las novedades europeas y fallecido con apenas 32 años. Junto a ellos pintores como Eduardo Viana (1881-1967), Mário Eloy (1900-1951), los surrealistas António Pedro (1909-1966) y António Dacosta (1914-1990) o la genial intérprete del paisaje urbano Helena Vieira da Silva (1908-1992).

LA EXPOSICIÓN Cuatro grandes áreas ayudan a presentar la obra de estos artistas en su marco adecuado, partiendo de los precursores y los antecedentes de la modernidad hasta la explosión de libertad que supuso la Revolución de los Claveles. Son por tanto las obras, surgidas muchas de ellas en condiciones muy difíciles, las que guían y conducen al espectador por este apasionante viaje a través del gran arte portugués entre los siglos XIX y XX.

ANTES DE LO MODERNO. Lo moderno instintivo/ Lo moderno consciente La exposición se abre con la obra de artistas como João Cristino da Silva, el gran pintor del paisaje romántico, y Júlio de Sousa Pinto. António Carneiro será el más genuino representante de la comunidad premodernista con sus paisajes interiorizados, brumosos y húmedos.

Almada Negreiros, Souza Cardoso, Eduardo Viana, José Pacheko y Alberto Cardoso constituyen la primera generación modernista y fueron los responsables de la renovación artística que puso los cimientos de la destacada vanguardia portuguesa..

UNA BALANZA EN BUSCA DE EQUILIBRIO. Elegancia mundana. Futuristas y expresionistas. Caricatura e ilustración La influencia ejercida por Almada Negreiros y Eduardo Viana se prolonga con vigor en los años veinte, extendiéndose a pintores como Lino António y escultores como Canto da Maya, en esos momentos próximos a la estela del art decó europeo.

A ellos pueden unirse los nombres de una nueva generación que mayoritariamente accede al arte de las distintas capitales europeas entre los años veinte y treinta del siglo XX, como José Tagarro, Dórdio Gomes, Carlos Botelho o Mário Eloy. Sarah Affonso, una gran pintora cuyo matrimonio con Almada Negreiros oscureció un tanto su figura, Júlio dos Reis Pereira y el expresionista José Domínguez Álvarez conforman el elenco de esta sección.

METÁFORAS DE LA REALIDAD. Abstracción, surrealismo y neorrealismo Maria Helena Vieira da Silva, radicada en París, abre el arte portugués hacia nuevos territorios. Por el contrario la continuidad del realismo está representada por Álvaro de Brée o Guilherme Camarinha. Este último con una obra en la que recoge el mundo del trabajo de un modo totalmente diferente a lo que reclama el arte oficial.

También los pintores surrealistas debieron enfrentarse al arte propugnado por el Estado Novo al no aceptar la censura previa. Con António Pedro a la cabeza y la participación de António Dacosta, las figuras de Artur Cruzeiro Seixas, Marcelino Vespeira, Fernando de Azevedo o el fotógrafo Fernando Lemos dan idea de la fértil nómina con la que el surrealismo se muestra en la exposición.

INNOVACIÓN Y AGITACIÓN. Otras geometrías. Nuevos desafíos. Cine y experimentación La abstracción geométrica y su espectacular desarrollo a partir de los años cuarenta en Portugal es resultado de una particular sensibilidad por la representación normativa. Algunos nombres esenciales de este movimiento como Nadir Afonso, Joaquim Rodrigo o Victor Palla preludian la siguiente generación representada por António Areal y Ângelo de Sousa, De Sousa junto a António Palolo y Fernando Calhau son también autores de importantes films experimentales.

La obra de dos mujeres esenciales en el devenir del último arte portugués ponen fin a esta exposición: Helena Almeida -incansable investigadora de la relación entre obra y autor- y la poeta y artista visual Ana Hatherly, capaz de transformar un collage confeccionado con restos de cartelería en una suerte de resumen perfecto de un tiempo histórico y artístico. Su película Revolução maneja con maestría la iconografía del momento para transformarla en una obra eterna.


bullet Más información: www.culturalcajadeburgos.es




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