El CAB abre un nuevo ciclo expositivo con las propuestas de Alejandro Corujeira y Antonio Sanz de la Fuente

Las exposiciones estarán abiertas en el centro de arte contemporáneo de la Fundación Caja de Burgos hasta el próximo 28 de mayo

[10/02/2017]

El Centro de Arte Caja de Burgos CAB inaugura hoy las dos nuevas propuestas artísticas que permanecerán abiertas al público hasta el próximo 28 de mayo, concebidas, respectivamente por el Alejandro Corujeira y el creador burgalés Antonio Sanz de la Fuente.

Dos visiones en torno a los límites entre pintura y escultura se dan la mano en el arranque de esta temporada, con el recuerdo a la obra final de Sanz de la Fuente y las delicadas formas de Alejandro Corujeira

Alejandro Corujeira: El tórax de los sueños. Conocido fundamentalmente, y casi sin excepción, como pintor, Alejandro Corujeira ha realizado para el Centro de Arte Caja de Burgos CAB una sugerente y delicada instalación escultórica. El artista interpreta el espacio del CAB como un paisaje matizado por la luz que despiden las esculturas. La atmósfera que las envuelve y que se trasdosa hasta las paredes obliga al espectador a trazar su propio recorrido, a dejarse atrapar por la disputa entre el trazado geométrico y la abstracción cromática. Paradójicamente, la sensación de dibujo, de trazo, de escritura en el espacio desplaza la firmeza de los volúmenes, los diluye y los convierte, de nuevo, en pintura, en paisaje.

El tórax de los sueños parte de idénticas premisas a las de su pintura, pero se materializa de modo diferente. El espacio físico del CAB se ocupa con volúmenes, con armazones macizos y contundentes. Esqueletos de madera que trazan formas precisas, de una geométrica manipulada, forzada más allá de la convención. Estructuras que parecen contener un interior inalcanzable, pero cuya revelación Alejandro Corujeira sugiere al vestir los muros con los mismos colores que tiñen los cuerpos escultóricos.

Casi sin excepción la obra de Alejandro Corujeira se ha caracterizado por una calculada dialéctica entre la apariencia y lo que permanece oculto. Sus formas delicadas se diluyen en un abismo insondable, vaporoso, donde los suaves colores que emplea en su pintura construyen una nueva realidad.

Se ha dicho que Alejandro Corujeira maneja a la par la abstracción más lírica y la abstracción geométrica, transformada ésta en un trasunto orgánico que evoca formas de vida embrionarias, o redes en las que parecen quedar atrapadas las latencias de una memoria a punto de activar los recuerdos.

Las retículas, la sinuosidad de la maraña de cintas, unas veces, de pequeñas reservas de naturaleza biológica otras, se sobreponen a los colores ácidos, a las bocanadas de niebla con los que Alejandro Corujeira hace dudar al espectador sobre cuanto percibe. La pintura de Corujeira, como él mismo ha declarado en alguna ocasión, descansa sobre referencias musicales y poéticas. Un alimento que se traduce a menudo en la concepción de la obra a la manera de "suites" (movimientos breves y formas binarias y simples), o un anhelo de revelación que el artista encuentra en la vitalidad expresiva de los grandes poetas.

Si algo puede definir a la pintura de Alejandro Corujeira es su virtud paisajística. La creación de espacios mediante el uso de la luz vaporosa y los elementos formales sinuosos que acentúan la sensación de profundidad; la representación de lo reconocible en combate con lo imaginado, la sensación de movimiento y de vida y a la par de quietud; la confusión entre superficie y fondo que experimentamos al contemplar un bosque, un lago o un mar, están en la base de su pintura y en la del original proyecto que el artista ha desarrollado en exclusiva para el CAB.

Esta intencionada transversalidad se acentúa con otra de las singulares aportaciones de Alejandro Corujeira para esta exposición: un trabajo de land-art realizado por el artista durante el mes de agosto de 2016. Dibujos trazados sobre un campo de arena pedregosa que tituló El pequeño sentido. Un jardín de arena construido como un terreno para la reflexión, un lugar en el que experimentó cómo la misma acción del dibujo no podía disociarse del espacio que necesariamente había de recorrerse para marcar las líneas que lo definían. La conversión del paisaje en una metáfora del paso del tiempo, pero sobre todo en un trasunto de la infancia y del comportamiento del niño ante los "pequeños sentidos" que determinan la cotidianeidad, dio lugar a una serie de fotografías que documentan esa acción, por fuerza efímera, y que por vez primera se mostrarán en el CAB.

Antonio Sanz de la Fuente: Lo esencial. Obra última. 2001- 2013. Una gran exposición antológica, promovida por el Ayuntamiento de Burgos y la Fundación Caja de Burgos, repasará la obra y el recorrido vital de Antonio Sanz de la Fuente, uno de los más destacados artistas de finales del siglo XX y comienzos del XXI en nuestra comunidad. Un recorrido que parte de 1976, con sus años iniciales y sus primeras exposiciones públicas, para concluir con su obra final en 2013, fecha de su temprano fallecimiento.

El Centro de Arte Caja de Burgos CAB mostrará, precisamente, su obra última. Además de su reconocida pintura y sus elaborados collages, Antonio Sanz de la Fuente (Burgos, 1951-2013) realizó una serie de esculturas que hasta el momento permanecen inéditas y que constituyen una de las más interesantes novedades de esta retrospectiva.

Junto a la muestra en el CAB, podrán verse en el Arco de Santa María, hasta el 2 de abril, las obras pertenecientes al periodo comprendido entre 1976 y 2000 en una muestra de más de 60 piezas que presenta creaciones que van desde los primeros dibujos de su etapa de formación hasta el comienzo de los grandes formatos.

Sin olvidar su característico lirismo y sin dejar de asomar algunos rasgos gestuales, la pintura que elaboró Antonio Sanz de la Fuente en su última etapa se caracterizó por la contención formal, el equilibrio y el empleo de geometrías que con mucha frecuencia rebasaban holgadamente el marco del cuadro.

Pinturas construidas, podrían llamarse, en las que el óleo se aplica sobre el lienzo componiendo campos de color interrumpidos por bandas y retículas sobrepuestas. El formato convencional del cuadro crece con la adición de nuevos elementos corpóreos, pero con la misma significación pictórica: superficies neutras ahora, menos gestuales, casi planas para, paradójicamente, acentuar la sensación de volumen.

Parecía natural que esas pinturas construidas devinieran en una nueva experiencia plástica. Esculturas y relieves en las que el empleo de montantes de madera sin tratar recuerda a los bastidores de las pinturas; lienzos de color desgajados de su lugar natural para cobrar, envueltos en sí mismos, una nueva dimensión dúctil, maleable, elástica; planchas de plomo que por contraposición ocupan las superficies planas; contenedores de briznas de paisaje reafirmados por un baño de pintura de apariencia casual: así son las hermosas esculturas que Antonio Sanz de la Fuente realizó en los últimos años de su vida.

Nacido en Burgos en 1951, Antonio Sanz de la Fuente comenzó a pintar siendo niño cuando reproducía las acuarelas que su padre llevaba a casa. Formado inicialmente en la Academia Provincial de Dibujo de Burgos, se licenció en la Escuela de Bellas Artes de Madrid y amplió estudios en la Jan Van Eyck Academie de Maastrich, Holanda. Fue profesor y catedrático de Artes Plásticas y Diseño en la Escuela de Arte de Burgos.

Del realismo simbólico de sus comienzos Antonio Sanz de la Fuente fue dando paso a una abstracción paulatinamente más depurada, de colores terrosos y fríos que otorgan a la obra una atmósfera intimista, de fuerte carga emocional. Su trabajo decididamente vanguardista transitó por los límites de la pintura y la escultura. Sin abandonar la forma canónica del cuadrado y el rectángulo exploró sus límites y las relaciones con otros materiales al superponer estructuras y elementos ajenos a la tradición.

Antonio Sanz de la Fuente está unido también a la historia de la actual Fundación Caja de Burgos, pues algunas de sus obras fueron adquiridas para ocupar dependencias significativas de la Casa del Cordón, una vez rehabilitada en 1986. Antonio Sanz de la Fuente falleció a los 61 años en 2013. Era viudo de la también pintora Carmen Nieto Manglano (Madrid 1949-Burgos 2006), y sin duda una de las personalidades más queridas y respetadas entre la comunidad artística de nuestra ciudad y región.

CURRÍCULUM Alejandro Corujeira.

Buenos Aires, 1961. Tras finalizar sus estudios en la Escuela de Bellas Artes de Buenos Aires y mostrar su obra inicial en el contexto latinoamericano, viaja a Madrid en 1991, ciudad en la que establece su residencia habitual hasta la actualidad. Una pausada inserción en el circuito artístico español dio paso a un reconocimiento paulatino durante los años noventa a través de la Galería May Moré, para llegar a consolidarse como singular creador de la abstracción posmoderna desde 2002, año en el que comienza a ser representado por la Galería Marlborough, a la que permaneció vinculado durante casi una década. Una constante búsqueda y renovación de registros y códigos le permitieron completar su formación académica a través de becas y residencias, en lugares como la Academia de España en Roma (1997), con la Beca Yaddo en Saratoga Springs, Nueva York (2002), o en la Josef and Annie Albers Foundation de Bethany, en Connecticut, Estados Unidos (2004). Además de participar en numerosas exposiciones colectivas, su obra ha podido verse a nivel individual en centros y galerías de diversos países de América, como en la Galería Juan Martín, México (1989 y 1991), en las galerías de Miami Elite Fine Art, Coral Gables (1990-2001) y Alejandra von Hartz (2013), en el Museo de Arte Contemporáneo de Panamá (1993), en el Museo de Arte Contemporáneo Sofía Ímber de Caracas (1996) o, más recientemente, en la Galería Marlborough de Nueva York (2009). En España importantes muestras individuales han marcado su trayectoria artística, como las celebradas en La Caja Negra, Madrid (2001), en el Espacio Uno del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (2002), en el IVAM, Valencia (2006), en la Galería Marlborough de Madrid (2003, 2005, 2006 y 2008), en el Museo Barjola, Gijón (2010), o en la Casa de Iberoamérica, Cádiz (2014). En los últimos años sus pinturas han sido expuestas en ARCO Madrid por la Galería Dan de São Paulo. Entre los premios obtenidos merecen mención el Premio Todisa (2002) y el Obra Abierta de Caja Extremadura (2011). Sus trabajos forman parte de colecciones de instituciones y museos de ámbito internacional, como la colección Patricia Phelps de Cisneros de Nueva York, el Jack S. Blanton Museum of Art de Austin, Texas, la Colección Banco de España, los fondos del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía o el IVAM de Valencia.


bullet Más información: www.cabdeburgos.com




   Volver     bullet    Material Gráfico  

Aviso Legal | Acceso Gobierno Corporativo.  © Copyright 2013 Fundación Caja de Burgos. Todos los derechos reservados.



AGENDA

?

?

?