Sólo un grupo de nueve empresas de todo el mundo forman parte de los llamados “innovadores oceánicos 2020” del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (UNDP). Esta agrupación, integrada por diferentes organizaciones en la que se incluye Ficosterra, tiene la misión de investigar procedimientos que favorecen la conservación en los océanos, los mares y los recursos marinos, para impulsar el cumplimiento del Objetivo 14 de Desarrollo Sostenible (ODS).

18 de marzo de 2021

La joven compañía burgalesa Ficosterra, beneficiada de las ayudas Crecer de Fundación Caja de Burgos en 2019, integra un grupo de nueve empresas de todo el mundo que colaborarán en el proyecto Ocean Innovation Challenge, enmarcado en el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (UNDP). Esta iniciativa prevé el desarrollo e investigación de proyectos ayuden a la restauración y protección de los océanos y las costas para proteger e impulsar la llamada economía azul, y responde al Objetivo 14 de Desarrollo Sostenible (ODS).

El reto que tiene por delante Ficosterra es demostrar que el uso de sus bioestimulantes ficosagro (complejo microbiano con extractos de algas) y cystium-k (extracto puro del alga Macrocystis Pyrifera), reduce sensiblemente el uso de fertilizantes de origen mineral, con la consiguiente reducción de la carga de nitrógeno y fósforo que se filtra hacia los mares.

Y es que, una de las consecuencias del abuso de los fertilizantes de origen mineral es la acidificación y eutrofización (contaminación de las aguas provocada por el uso de sustancias químicas) de mares y océanos, que reciben, procedentes de los ríos, los restos de fósforo y nitrógeno no asimilados por los cultivos.

De hecho, las cargas de contaminación de compuestos de origen mineral se han triplicado desde la época preindustrial. Según los datos que maneja UNDP, cada año llegan hasta los mares y océanos cerca de 13 millones de toneladas, que están provocando un crecimiento exponencial de la eutrofización y la configuración de áreas cada vez mas amplias con falta de oxígeno.

Por el contrario, la utilización de bioestimulantes y biofertilizantes de extractos de algas y microorganismos como los elaborados por Ficosterra permite reducir sensiblemente el uso de agroquímicos, sin mermar la productividad de las cosechas, además de devolver al mar lo que sale de él, un valor ponderado hoy por la economía circular.

 

Los ensayos se iniciarán el próximo mes de abril y estarán dirigidos por un equipo multidisciplinar de ingenieros agrónomos y biólogos de Ficosterra y de los centros de investigación de la Universidad Hassan II de Marruecos y en el Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada, Baja California (CICESE), de México. Se realizarán en distintos cultivos de invernadero y aire libre, y en dos escenarios distintos: laboratorio y campo.

En el laboratorio se medirá el lixiviado (el fluido de sustancias tóxicas) que generen, por una parte, la maceta tratada con fertilizantes tradicionales en comparación con otra tratada con bioestimulantes, además de medir otros parámetros como la productividad, el vigor y la sanidad de las plantas.

Ficosterra pretende, así, acercar estos ensayos al escenario real, en el que el agricultor desarrolla su trabajo día a día y que pretenden definir la nueva agricultura, la del Siglo XXI.

OCEAN INNOVATION CHALLENGE

UNDP puso en marcha en 2020 el programa Ocean Innovation Challenge, una iniciativa ideada para acelerar el progreso en el ODS14, mediante la identificación de proyectos públicos o privados, innovadores, replicables y escalables que promuevan la restauración y protección de los océanos y las costas para proteger e impulsar la llamada economía azul.

Las subvenciones para su implementación y desarrollo oscilan entre los 50.000 dólares (41.400 euros) y 250.000 dólares (207.000 euros) y los plazos para su desarrollo pueden durar de uno a dos años.

FICOSTERRA

Ficosterra es una empresa burgalesa, fundada en 2016, que está desarrollando bioestimulantes y biofertilizantes con extractos de algas marinas a raíz de su capacidad de fertilización de los cultivos.

Esta empresa biotecnológica surge de la mano de un proyecto de investigación de la multinacional española Hispanagar, que se dedica desde hace más de 50 años a la fabricación del Agar Agar. En 2019 contó con el apoyo del programa Crecer (ahora reconvertido en el Programa Mejora de Fundación Caja de Burgos) para impulsar su expansión y crecimiento internacional.

Con numerosos clientes afines a este tipo de productos, Ficosterra está internacionalizándose en Europa y América Latina, donde acaban de cerrar un acuerdo con socios mexicanos (Ficosterra América) para empezar a trabajar esta tecnología en el continente americano.

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