Cuando se produce un fenómeno como la crisis actual, jamás volvemos al punto de partida. “Es necesario generar una visión de futuro y modificar nuestros paradigmas (…) buscar nuestras propias respuestas”, explica el consultor Roberto Romano en esta colaboración. El seguimiento de algunas prácticas -como generar entornos que potencian la creatividad y el ensayo de nuevas ideas- pueden ayudarnos para enfocarnos en este camino de recuperación.

9 de marzo de 2021

Colabora: ROBERTO ROMANO DOMÍNGUEZ, de Expresor

No cabe duda de que estamos en un periodo marcado por las turbulencias generadas por la crisis sanitaria del Covid. Los efectos se han hecho notar en el plano sanitario, económico y social. Necesitamos ir recuperándonos en todos estos terrenos, aunque no sabemos muy bien que vamos a recuperar ni como lo vamos a hacer.

Lo que sí sabemos es que, cuando se produce un fenómeno de esta magnitud, no volvemos al punto de partida; es necesario generar una visión de futuro y modificar nuestros paradigmas.

En el contexto actual en que vivimos, la gestión empresarial debe orientarse a ser capaces de poner en práctica el pensamiento estratégico y la innovación como claves para mirar hacia adelante y adaptar nuestro funcionamiento para lograr la recuperación. Nos encontramos ante la necesidad de ser proactivos buscando nuestras propias respuestas y no limitarnos a esperar que nuestro entorno ponga las medidas para la recuperación, liderando nuestro futuro. El reto es muy importante y nos va a exigir energía, pasión y esfuerzo, pero el premio será un futuro mejor.

En este panorama tenemos la necesidad de desarrollar organizaciones capaces de dar respuesta eficiente y creativa al reto que enfrentamos. En mi opinión tenemos que fortalecer los procesos de pensamiento estratégico e innovación, o implantarlos si no disponemos de ellos.

Fortalecer el pensamiento estratégico nos ayudará a diseñar el futuro al que queremos ir de forma proactiva revisando nuestra Misión, Visión y Valores dentro del marco en que nos encontramos. Adicionalmente esto nos ayudará a guiar nuestras decisiones en el corto plazo hacia lo realmente importante y no estar movidos por lo urgente.

Probablemente, en este camino, tendremos que tomar decisiones duras y difíciles que supongan abandonar o crear productos, mercados, alianzas, organizaciones etc.…y precisamos ser capaces de desplegar dicho pensamiento en la organización para convertirlo en realidad.

TENER ÉXITO EN LA PUESTA EN PRÁCTICA EN NUESTRA ORGANIZACIÓN REQUIERE:
  1. Lograr que Misión, Visión y Valores estén interiorizados en la mente y los corazones de las personas que la componen.
  2. Dar autonomía, autoridad y responsabilidad a las personas para que puedan prevenir y resolver los problemas en su origen, allí donde ocurren; potenciando el intercambio de información y la cooperación entre las áreas de la empresa.
  3. Desarrollar sistemas y actividades alineadas con la Misión, Visión y Valores de la organización.
  4. Disponer de sistemas de información, a poder ser en tiempo real, para estar al tanto de las necesidades de clientes, proveedores, accionistas, empleados y la comunidad.
  5. Invertir en las personas, instalaciones y tecnología .

El momento actual precisa no solo fortalecer el pensamiento estratégico sino además ser creativos para diseñar un futuro diferente, lo cual requiere de nuestra innovación.

No cabe pensar que realizaremos la recuperación sin introducir cambios en nuestros paradigmas o modelos. La actual crisis ha puesto de manifiesto que elementos como la salud, el medioambiente, la interconectividad, el cambio de la naturaleza del trabajo, la información o la interacción social pueden cambiar completamente el mundo en que vivimos y la naturaleza de la economía.

Desde mi punto de vista es preciso ser capaces de adaptar la gestión de nuestras empresas para incorporar la innovación impregnando nuestros sistemas de ella.

Esta son algunas prácticas que pueden ayudarnos para enfocarnos en este camino de recuperación tras el Covid:

  • Cuestionarnos nuestros hábitos y formas de hacer las cosas; rompamos con “siempre se ha hecho así”
  • Precisamos añadir a la optimización de la actividad central de nuestro negocio tiempo y esfuerzo para lograr mejoras exponenciales que busquen multiplicar por 10 nuestros resultados. En este sentido me parece muy valioso el modelo de pensamiento propuesto por Iván Bofarull sobre innovación disruptiva 
  • Generemos entornos que potencian la creatividad y el ensayo de nuevas ideas, hábitos o actuaciones.

En mi opinión, las empresas que sean capaces de pensar estratégicamente de forma innovadora no solo se recuperarán, sino que construirán un futuro mejor. Las que no lo hagan, con suerte, sobrevivirán.

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