2020-05-12
Pau Doménech: “Un buen líder no es aquel que sabe de números, es el que sabe de personas”
Para el experto en Management y entrenador de equipos directivos, una buena gestión de crisis comienza siempre con la anticipación. En esta entrevista, Pau Doménech asegura que los directivos deben tener la capacidad y el coraje para tomar decisiones críticas y sin tener la certeza de acertar. El ex director general del Adisseo España destaca, asimismo, la importancia de la inteligencia emocional como una de las capacidades que se les presupone a los líderes. “Un buen líder no es aquel que sabe de números, es el que sabe de personas. Los mejores directivos no son probablemente los más inteligentes, son aquellos que mejor saben identificar, interpretar y gestionar sus emociones y las de sus colaboradores”

5.- ¿Cómo trabajan los líderes para mantener la cohesión de su equipo en tiempos de crisis?
Un equipo unido es esencial en tiempos de crisis. De las crisis solo se sale con un esfuerzo colectivo. La cohesión no hay que pedirla, hay que ganársela, y la confianza es la mejor forma de conseguirla. Un líder debe confiar en sus colaboradores y lograr que estos confíen en él. Crear un ambiente de confianza recíproca, la confianza está íntimamente relacionada con el rendimiento de una organización. Si no confío en ti, no puedo comprometerme. Sin confianza no hay compromiso, y sin compromiso no hay excelencia. Un líder debe ser creíble, tiene que ganarse su credibilidad mediante un trabajo previo, anterior a la crisis. El líder tiene que ejercer de referente y si la gente no cree en él, jamás lo conseguirá.
Para conseguir la cohesión el líder tiene también que cuidar una serie de requisitos. Debe definir las reglas de juego, en la empresa todo el mundo debe conocer a qué jugamos, unas reglas claras y asentadas ofrecen seguridad al equipo. Tiene además que organizar a sus colaboradores de forma que cada uno conozca cuáles son sus responsabilidades. Y sobre todo debe fomentar la solidaridad y sintonía entre los miembros del equipo.
6.- ¿Qué es lo que, en su opinión, los trabajadores esperan, a día de hoy, de sus directivos?
Lo que más esperan los “buenos empleados” es la posibilidad de poner en valor su talento, la posibilidad de brillar y crecer. Todos los empleados tienen un par o más de buenas ideas en su bolsillo. Para un empleado es frustrante ver como la empresa no se interesa por su talento. Quiero sentirme escuchado. La puesta en valor del talento fomenta la implicación y el compromiso, dos buenas fuentes de competitividad. Empleados con talento, comprometidos en un proyecto que valga la pena.
Hay otros factores que también tienen una gran incidencia: sentirme guiado, tener un buen plan de formación y desarrollo, que se reconozca mi aportación a los resultados, estar al corriente de las decisiones de la empresa, que se tenga en cuenta un equilibrio entre mi vida profesional y privada, un buen ambiente de trabajo, saber que la empresa cuida de mi seguridad, … Podría comentar muchos más pero me quedo con estos.
7.- Conocemos algunas de los cometidos del buen líder: Visión de futuro, priorización, planificación…. ¿Cómo se planifica en un tiempo en el que la mayoría de empresarios solo piensan en sobrevivir?
El proceso de dirigir comienza con la visión, debo tener clara la dirección, el rumbo. A continuación va la priorización, es indispensable conocer que es lo verdaderamente importante, cuáles son los factores que me conducirán al éxito. Ellos me permitirán definir las prioridades, y concretar los criterios de decisión. Una vez tengo clara la visión y conozco las prioridades, puedo comenzar a planificar.
Cuando solo pienso en sobrevivir, es síntoma de que estoy en una situación muy delicada, inmerso en una crisis. Durante las crisis las palabras importante y urgente se juntan. Me ocurren cosas que no controlo, estoy corriendo detrás de la realidad. Mientras no sea capaz de retomar el control de la situación, estaré en modo reactivo, y la planificación queda aparcada.
El momento clave para doblegar a la crisis y no limitarme a pensar en sobrevivir es cuando puedo adelantarme a la realidad y dejar de correr detrás de ella. Tomar el control de la situación es esencial. Pasar de improvisar a anticipar. Es la fase de “vencer”. Ahora es el momento de planificar comenzar a aplicar mi plan de acción, aunque tratándose de sobrevivir, posiblemente el plan sea solo una “estrategia de combate”.
8.- En las próximas semanas, incluso meses, los errores van a ser inevitables en cuanto hay que tomar decisiones, como dice usted, de forma ágil y sin tener toda la información que nos gustaría. ¿Qué postura debe adoptar el directivo ante el ‘error’ o el fallo de cálculo? ¿Conoce algún directivo que asuma sus errores?
En situaciones normales un directivo debe saber tolerar los errores y además utilizarlos como fuente de aprendizaje. La incertidumbre provoca la pérdida de las certezas, y ello implica la necesidad de admitir los errores. Un directivo no debe tener miedo a equivocarse. Una empresa debe admitir los errores como parte de su proceso creativo. Si castigo el error, cuando llega el momento de afrontar un problema todo el mundo intentará de ponerse a salvo.
Un directivo debe poseer dos cualidades: ser competente y confiar en sí mismo. Los directivos con autoconfianza son capaces de reconocer sus errores y aprender de ellos, de esta forma aumenta su prestigio. Solo los directivos desconfiados e inseguros esconden sus errores.
Artículos Relacionados
Alianzas en favor del emprendimiento en Burgos
La Asociación de Jóvenes Empresarios, AJE Burgos, y Fundación Caja de Burgos han renovado…
La provincia de Burgos cuenta con el 7,2% de afiliados tecnológicos
Tan sólo 11 de las 50 provincias cuentan con un porcentaje de afiliados tecnológicos…
Seis claves para una digitalización efectiva en la industria
Responsables y expertos en transformación digital de empresas industriales de Burgos ofrecen su visión…